ESTIRAMIENTOS DE CADENAS MUSCULARES Y TRABAJO CON EL POTENCIAL CORPORAL:
una práctica corporal encaminada a reencontrar la unidad cuerpo-mente.
Primero quiero compartir con todas/os la experiencia de Roser E. que generosamente nos ha ofrecido:
"Hola Olga:
Ayer en clase, estirada
en el suelo, con un brazo levantado y con los dedos apuntando el cielo, abrí
los ojos y me encontré con “mi brazo”. Se despertó un fuerte sentimiento de ¡Sorpresa!
.
¡Oh! Algo nuevo estaba delante de
mis ojos: “mi brazo”. Lo palpé, lo acaricié, lo volví a palpar, lo volví a
acariciar... algo sorprendentemente nuevo estaba delante de mí: mi brazo, con mi mano, mis
dedos... Además, vi que no era recto,
- ¡Qué extraño! –me dije-
Era como verlo por primera vez
con “otros ojos”. No podía parar de mirarlo, de tocarlo y de sorprenderme. Me
nacía darle besos, acariciarlo, tenía algo valioso enganchado a mi cuerpo: mis
brazos.
Un poco antes, en un ejercicio
que hicimos de pie, me sorprendí diciéndome a mi misma: “mis pies me aguantan,
mis pies aguantan todo mi cuerpo, qué fuerte, gracias a ellos estoy de pie”.
Mi mente me decía que no le
estaba diciendo nada nuevo, pero para mi sí que era algo nuevo, porque esta
percepción emergía de una parte, no sé cual, por debajo de mi cabeza, emergía
quizás de mi pecho, quizás de mi barriga... qué importa de dónde.
Todavía hoy, después de 20 horas,
sigo “sorprendida” con mi cuerpo. Es un
gran desconocido que siempre se ha mostrado y que no lo veía, no lo sentía desde abajo de mi cabeza y por
el cual ahora me nace una gran ternura. Me nace mimarlo y remimarlo.
Siento que debajo de mi cabeza mi
cuerpo continua: brazos, piernas, dedos, espalda, culete, huesos, ¡buf!...
Mi mente puede pensar que me he
vuelto loca, pero loca estaba antes de no sentir mi cuerpo.
Y ahora me sigue naciendo una
gran ternura por este cuerpo que ya lleva años conmigo, aliado fiel y que yo no
tenía conciencia de su existencia". Roser E.
Las "condiciones particulares" con las que tu llegues a clase de Estiramientos de Cadenas Musculares o de Trabajo con el Potencial Corporal son tu propio camino hacia la integración cuerpo-mente.
Quizás tienes dolor corporal o tal vez sufres y quieres probar a escuchar tu cuerpo. Puede ser que hayas conocido muchos métodos pero sigues en una búsqueda de tí porqué de algún modo no vives en lo que eres...
Todos ellos son síntomas de que nos encontramos divididos o disociados. Nuestra mente va por un lado y nuestro cuerpo por otro. Ello es sin duda una forma de enfermedad normalizada. Todos la vivimos en mayor o menor medida.
En cada clase liberamos al cuerpo de lo que le sobra, por ejemplo aprendiendo a soltar lo que produce tensión y para ello es necesario que tu atención esté participando en el proceso. Sin tu atención simplemente realizas un ejercicio mecánico, repetitivo sin posibilidad de que te ayude a transformarte.
Estirándonos le devolvemos a la musculatura la longitud que ha perdido y de este modo le otorgamos a nuestro cuerpo la posibilidad de recuperar la libertad articular que necesita para volver a moverse con facilidad.
Podemos explorar el movimiento sintiéndo nuestro cuerpo, lentamente. Siempre todo ello, con nuestra atención centrada en las sensaciones y la sorpresa es que de repente de forma sencilla, sin grandes pretensiones la mente descansa. Qué alivio!!!.
Pero más sorpresa aún es ver que al invitar amablemente a
tu mente a que se pose como una mariposa sobre una flor, en tu propio
cuerpo, sucede el milagro:
te unificas (cuerpo -mente) y la Consciencia se abre sin esfuerzo. Roser en su viviencia que comparte con nosotros, la define como"una nueva percepcción", "ver con otros ojos".
Las prácticas en las clases además de una excelente gimnasia permiten ir al encuentro de tu propia esencia. Tu propia esencia es tu estado natural de unidad cuerpo-mente.
En ese estado de naturalidad la Consciencia puede hacerse presente sin aspavientos ni mistificaciones.
¿Cúal es sino esa nueva percepcción que no puede ubicarse en un sólo lugar o pecho o barriga y desde luego no exclusivamente en la cabeza?. ¿Qué nueva percepcción es esa que da valor, que ama sin juzgar lo que ve aunqué lo que vea sea un brazo que no es recto ?.
Desde ese vivir consciente la emoción brota al comprender la maravilla de estar vivo.
Olga
